martes, 10 de noviembre de 2009

En memoria


16/10 Koldo Chamorro
29/10 Ricard Terré
5/11 Félix Luna, Falucho
6/11 Piedad Isla
7/11 Humberto Rivas

De cuantas cualidades se atribuyen a la muerte la más incontestable es su irreversibilidad y el hecho de que establece la rotunda bisectriz que separa, a quienes creen en los más allá de los que no precisamos de más premios o castigos. La muerte es una experiencia contundente que da sentido a la vida y por ello conmueve, especialmente aquellas que nos son cercanas, porque llevan consigo el convencimiento de que no volveremos a abrazar a gentes que quisimos fuera de encuadre.
En menos de un mes, este profundo sentimiento se ha repetido, como una piedra plana lanzada sobre un estanque, con un rosario de nombres admirables; hoy mi mundo es más pobre.
De entre aquellos que obraron en la memoria de las sales de plata despedimos a Koldo, Ricar Terré, Piedad Isla y Humberto, seres irrepetibles. De entre aquellos que se levantaron sobre las palabras, despedimos a Falucho, poeta y padre de una amiga muy querida. Los obituarios y las retrospectivas no llenarán el vacío dejado.
Leí de Borges otro punto vista que traslado:

Triada
El alivio que habrá sentido César en la mañana de
Farsalia, al pensar: Hoy es la batalla.
El alivio que habrá sentido Carlos Primero al ver el alba
en el cristal y pensar: Hoy es el día del patíbulo,
del coraje y del hacha.
El alivio que tú y yo sentiremos en el instante que
precede a la muerte, cuando la suerte nos desate
de la triste costumbre de ser alguien y del peso
del universo.

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